Revista Letras Libres. Por Gabriel Zaid. 02 mayo 2019
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Gabriel Zaid. Imagen extraída de: eldiariodecoahuila.com.mx |
La palabra tertulia es una singularidad de la lengua española. Su origen
sigue siendo un misterio. Hay explicaciones que la relacionan con Tertuliano y
Cicerón, con el teatro y el número tres.
Las tertulias son una
institución de la conversación, como los cafés, las casas de té, las academias
renacentistas y los salones dieciochescos.
La palabra tertulia es
una singularidad de la lengua española. Tanto el Grand Robert como
el Oxford English dictionary registran tertulia (tal cual)
como palabra española que entró al francés en 1776 (“Réunion savante où l’on
comment Tertullien”) y al inglés en 1785 (“An evening party in Spain”).
El Diccionario de
autoridades (1737) da tres acepciones de tertulia: 1. “La junta
voluntaria o congreso de hombres discretos para discurrir en alguna materia.
Algunos dicen tertulea.” 2. “Se llama también la junta de amigos y
familiares para conversación, juego y otras diversiones honestas.” 3. “En los
corrales de comedias de Madrid, es un corredor en la fachada frontera al teatro
superior, y más alto a todos los aposentos.” A su vez, define corredor (entre
otras acepciones) como “especie de galería que se hace en las casas alrededor
(o en parte) de los patios o jardines para tomar el sol o divertirse con las
vistas que ofrece”.
¿De dónde viene la
palabra tertulia? El Diccionario crítico etimológico de
Corominas dice que no se sabe. Pero considera verosímil la explicación de Adolf
Friedrich von Schack en su Historia de la literatura y del arte dramático
en España (1846):
“El nombre tertulia aparece
hacia la mitad del siglo XVII y sale desde entonces frecuentemente en
las obras teatrales. Así se llamaban los palcos del piso alto, que antes habían
llevado el nombre de desvanes, y en los cuales se sentaba sobre todo el
público educado y la gente de Iglesia. Entonces estaba de moda estudiar a
Tertuliano, y los sacerdotes en particular tenían la costumbre de adornar sus
sermones con citas de sus obras, por lo cual se les dio humorísticamente el
nombre de tertuliantes, y a su lugar el de tertulia. De estos palcos,
a los cuales ya anteriormente se había dado el nombre honorífico de desvanes
eruditos, salían los dictámenes a los que el autor reconocía más fuerza, como
procedentes de hombres entendidos.”
La coincidencia entre tertulia y
Tertuliano es tan grande que no parece casualidad. Y ciertamente Tertuliano
(160-220), el citadísimo teólogo de los primeros siglos del cristianismo, pudo
estar de moda en el siglo XVII, aunque habría que documentarlo. Pero
suponer que tertulia viene de Tertuliano porque los predicadores de
entonces se adornaban citándolo parece rebuscado.
Otra interpretación decía
que tulia recuerda a Tulio (Marco Tulio Cicerón), y que Tertuliano
sonaba a ter-tullius ‘tri-Tulio’: el orador cristiano que vale el
triple que Marcus Tullius Cicero. Lo cual también parece rebuscado.
Observando la palabra por su
parte final, resulta insólita. Solo hay otras dos con esa terminación: abulia y granulia (tuberculosis
miliar). La parte inicial (ter) hace pensar en otras posibilidades. Muchos
nombres de persona derivan de nombres latinos usados para indicar el orden de
nacimiento. Construyo la siguiente lista a partir del Diccionario
etimológico comparado de nombres propios de persona de Gutierre Tibón. No
registra la forma femenina de muchos, quizá porque no existe.
1. Primo, Primiano
2. Secundo (a), Segundo (a),
Secundino (a)
3. Tercio, Tértulo, Tertuliano
(a)
4. Cuarto, Cuartila,
Cuartilla, Cuadrato
5. Quinto, Quintilo (a),
Quintilino (a), Quintín, Quinciano
6. Sixto
7. Séptimo, Septimio (a)
8. Octavio, Octaviano
9. Nono (a)
10. Decio (a)
Tertuliano y Tertuliana derivan
del nombre latino que algunos romanos daban a su tercer hijo. Otros
usaban Tercio (Tercero) o Tertulo (Tercerito). Pero cabe
pensar que tertulia también se relaciona con el número tres, sin que
derive de Tertuliano, porque tertulia fue el nombre del piso más alto
de la sala de espectáculos: el tercero.
La documentación más antigua
de tertulia que encontró Corominas está en un entremés de Luis
Quiñones de Benavente (1581-1651). El entremés era una pieza cómica corta que
se intercalaba como descanso entre dos actos de la obra principal. Según Juan
Luis Alborg (Historia de la literatura
española. Época barroca), el entremés con
frecuencia habla de sí mismo con un guiño irónico que busca la complicidad del
público. Y así sucede en esta queja, casi pirandelliana, del pasaje citado:
Déjame mosquetería...
¿Qué me quieren los poetas?
¿Qué me aflige la tertulia?
¿Qué me quiere la cazuela?
Lo cual recuerda unos versos
(posteriores) citados por el Diccionario de autoridades:
Llegaron los tertulianos,
rigidísimos jueces...
Mosquetería, cazuela y tertulia fueron
nombres de secciones para el público en el edificio teatral. El diccionario de
la Real Academia (2014) dice que mosquetería era “2. En los antiguos
corrales de comedias, conjunto de mosqueteros [soldados armados de mosquetes]
asistentes a una representación”. Que cazuela era y sigue siendo “5.
En un teatro, gallinero”; pero fue también “6. En los corrales de
comedias, sitio que ocupaban las mujeres” [sección donde se permitía la
asistencia de mujeres, debidamente acompañadas]. Y que tertulia es “1.
Reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse.
2. En los antiguos teatros de España, corredor en la parte más alta”. También
registra tertulia como cubanismo: “Conjunto de localidades situadas
en el piso alto de un cine o teatro.”
El Diccionario de
mejicanismos de Francisco J. Santamaría registra:
“Mosquete. Pasillo interior en
las salas de espectáculos, sobre todo aquel que puede ocupar la gente en pie
sin estorbar a los que están sentados en luneta.” Cita a dos autores: Carlos
González Peña, El nicho iluminado, p. 189 (“destinado a los espectadores
que no gozaban del privilegio de sentarse”) y R. Beltrán, Perfiles, p. 169
(“Los corrillos se forman en el mosquete”).
“Cazuela. Popularmente, paraíso,
el sitio más alto o alejado para espectadores en teatros. Se dice también gallera, gallinero, chilla, chilladora, gallola,
etc.”
“Gayola. Vulgarmente, cazuela,
galería del teatro.”
“Tertulia. Vulgarismo veracruzano
por bailecito familiar, fandango, bochinche, guateque o cosa parecida [...]”
“Tertuliar. Formar tertulia,
charlar.”
La ilustre coreógrafa mexicana
Nellie Happée, que ha estado en muchos teatros del mundo viendo funciones de
ballet, me dice que el tercer piso es el más alto y de precio más bajo en todas
partes, como en el Palacio de Bellas Artes. Y me envía una foto que lo muestra
claramente (Franco Maria Ricci, Palacio de Bellas Artes. Las obras y los
días 1934-2014, México: Instituto Nacional de Bellas Artes, 2014, p. 173).
Según esto, los versos citados
significaban algo así como: “¿Qué traen conmigo los del tercer piso?” “Llegaron
los del tercer piso, rigidísimos jueces.”
Pero suponer que tertulia viene
de tercer piso también parece rebuscado.
Referencia: Zaid Giacoman, Gabriel. Monterrey,
1934. Poeta y ensayista. Tertulia. Revista Letras Libres. México. 02 de mayo de
2019.