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viernes, 18 de noviembre de 2011

Vladimir Nabokov... leer es acariciar los detalles

Buenos lectores y buenos escritores
Vladimir Nabokov


Introducción del libro "Curso de literatura europea"


«Cómo ser un buen lector», o «Amabilidad para con los autores»; algo así podría servir de subtítulo a estos comentarios sobre diversos autores, ya que mi propósito es hablar afectuosamente, con cariñoso y moroso detalle, de varias obras maestras europeas. Hace cien años, Flaubert, en una carta a. su amante, hacía el siguiente comentario: «qué sabios seríamos si sólo conociéramos bien cinco o seis libros».

Al leer, debemos fijarnos en los detalles, acariciarlos. Nada tienen de malo las lunáticas sandeces de la generalización cuando se hacen después de reunir con amor las soleadas insignificancias del libro. Si uno empieza con una generalización prefabricada, lo que hace es empezar desde el otro extremo, alejándose del libro antes de haber empezado a comprenderlo. Nada más molesto e injusto para con el autor que empezar a leer, supongamos, Madame Bovary, con la idea preconcebida de que es una denuncia de la burguesía. Debemos tener siempre presente que la obra de arte es, invariablemente, la creación de un mundo nuevo, de manera que la primera tarea consiste en estudiar ese mundo nuevo con la mayor atención, abordándolo como algo absolutamente desconocido, sin conexión evidente con los mundos que ya conocemos. Una vez estudiado con atención este mundo nuevo, entonces y sólo entonces estaremos en condiciones de examinar sus relaciones con otros mundos, con otras ramas del saber. 

Otra cuestión: ¿Podemos obtener información de una novela sobre lugares y épocas? ¿Puede ser alguien tan ingenuo como para creer que esos abultados best-sellers difundidos por los clubs del libro bajo el enunciado de «novelas históricas» pueden contribuir al enriquecimiento de nuestros 'conocimientos sobre el pasado? Pero ¿y las obras maestras? ¿Podemos fiarnos del retrato que hace Jane Austen de la Inglaterra terrateniente, con sus baronets y sus jardines paisajistas, cuando todo lo que ella conocía era el salón de un pastor protestante? Y Casa Desolada, esa fantástica aventura amorosa en un Londres fantástico, ¿podemos considerarla un estudio del Londres de hace cien años? Desde luego que no. Y lo mismo ocurre con las demás novelas de esta serie. La verdad es que las grandes novelas son grandes cuentos de hadas... y las que vamos a estudiar aquí lo son en grado sumo. 

El tiempo y el espacio, el color de las estaciones, el movimiento de los músculos y de la mente, todas estas cosas no son, para los escritores de genio (por lo que podemos suponer, y confío en que suponemos bien), nociones tradicionales que pueden sacarse de la biblioteca circulante de las verdades públicas, sino una serie de sorpresas extraordinarias que los artistas maestros han aprendido a expresar a su manera personaL La ornamentación del lugar común incumbe a los autores de segunda fila; éstos no se molestan en reinventar el mundo; sólo tratan de sacarle el jugo lo mejor que pueden a un determinado orden de cosas, a los modelos tradicionales de la novelística. Las diversas combinaciones que un autor de segunda fila es capaz de producir dentro de estos límites fijos pueden ser bastante divertidas, pese a su carácter efímero, porque a los lectores de segunda les gusta reconocer sus propias ideas vestidas con un disfraz agradable. Pero el verdadero escritor, el hombre que hace girar planetas, que modela a un hombre dormido y manipula ansioso la costilla del durmiente, esa clase de autor no tiene a su disposición ningún valor predeterminado: debe crearlos él. El arte de escribir es una actividad futil si no supone ante todo el arte de ver el mundo como el sustrato potencial de la ficción. Puede que la materia de este mundo sea bastante real (dentro de las limitaciones de la realidad), pero no existe en absoluto como un todo fijo y aceptado: es el caos; y a este caos le dice el autor: «¡Anda !», dejando que el mundo vibre y se funda. Entonces, los átomos de este mundo, y no sus partes visibles y superficiales, entran en nuevas combinaciones. El escritor es el primero en trazar su mapa y- poner nombre a los objetos naturales que contiene. Estas bayas son comestibles. Ese bicho moteado que se ha cruzado veloz en mi camino se puede domesticar. Aquel lago entre los árboles se llamará Lago de Opalo o, más artísticamente, Lago Aguasucia. Esa bruma es una montaña... y aquella montaña tiene que ser conquistada. El artista maestro asciende por una ladera sin caminos trazados; y una vez arriba, en la cumbre batida por el viento, ¿con quién diréis que se encuentra? Con el lector jadeante y feliz. Y allí, con un gesto espontáneo, se abrazan y, si el libro es eterno, se unen eternamente. 

Una tarde, en una remota universidad de provincia donde daba yo un largo cursillo, propuse hacer una pequeña encuesta: facilitaría diez definiciones de lector; de las diez, los estudiantes debían elegir cuatro que, combinadas, equivaliesen a un buen lector. He perdido esa lista; pero según recuerdo, la cosa era más o menos así: 

Selecciona cuatro respuestas a la pregunta «¿qué cualidades debe tener uno para ser un buen lector?»:

1)    Debe pertenecer a un club de lectores.
2)    Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3)    Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4)    Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5)    Debe haber visto la novela en película.
6)    Debe ser un autor embrionario.
7)    Debe tener imaginación.
8)    Debe tener memoria.
9)    Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico. 

Los estudiantes se inclinaron en su mayoría por la identificación emocional, la acción y el aspecto socioeconómico o histórico. Naturalmente, como habréis adivinado, el buen lector es aquel que tiene imaginación, memoria, un diccionario y cierto sentido artístico..., sentido que yo trato de desarrollar en mi mismo y en los demás siempre que se me ofrece la ocasión.

A propósito, utilizo la palabra lector en un sentido muy amplio. Aunque parezca extraño, los libros no se deben leer: se deben releer. Un buen lector, un lector de primera, un lector activo y creador, es un «relector». Y os diré por qué. Cuando leemos un libro por primera vez, la operación de mover laboriosamente los ojos de izquierda a derecha, línea tras línea, página tras página, actividad que supone un complicado trabajo físico con el libro, el proceso mismo de averiguar en el espacio y en el tiempo de qué trata, todo esto se interpone entre nosotros y la apreciación artística. Cuando miramos un cuadro, no movemos los ojos de manera especial; ni siquiera cuando, como en el caso del libro, el cuadro contiene ciertos elementos de profundidad y desarrollo. El factor tiempo no interviene realmente en un primer contacto con el cuadro. Al leer un libro, en cambio, necesitamos tiempo para familiarizarnos con él. No poseemos ningún órgano físico (como los ojos respecto a la pintura) que abarque el conjunto entero y pueda apreciar luego los detalles. Pero en una segunda, o tercera, o cuarta lectura, nos comportamos con respecto al libro, en cierto modo, de la misma manera que ante un cuadro. Sin embargo, no debemos confundir el ojo físico, esa prodigiosa obra maestra de la evolución, con la mente, consecución más prodigiosa aún. Un libro, sea el que sea -ya se trate de una obra literaria o de una obra científica (la línea divisoria entre una y otra no es tan clara como generalmente se cree)-, un libro, digo, atrae en primer lugar a la mente. La mente, el cerebro, el coronamiento del espinazo es, o debe ser, el único instrumento que debemos utilizar al enfrentarnos con un libro. 

Sentado esto, veamos cómo funciona la mente cuando el melancólico lector se enfrenta con el libro risueño. Primero, se le disipa la melancolía, y para bien o para mal, el lector participa en el espíritu del juego. El esfuerzo de empezar un libro, sobre todo si es elogiado por personas a las que el lector joven considera en su fuero interno demasiado anticuadas o demasiado serias, es a menudo difícil de realizar; pero una vez hecho, las compensaciones son numerosas y variadas. Puesto que el artista maestro ha utilizado su imaginación para crear su libro, es natural y lícito que el consumidor del libro también utilice la suya. 

Sin embargo, hay al menos dos clases de imaginación en el caso del lector. Veamos, pues, cuál de las dos es la más idónea para leer un libro. En primer lugar está el tipo, bastante modesto por cierto, que busca apoyo en emociones sencillas y es de naturaleza netamente personal (hay diversas subespecies en este primer apartado de lectura emocional). Sentimos con gran intensidad la situación expuesta en el libro porque nos recuerda algo que nos ha sucedido a nosotros o a alguien a quien conocemos o hemos conocido. O el lector aprecia el libro sobre todo porque evoca un país, un paisaje, un modo de vivir que él recuerda con nostalgia como parte de su propio pasado. O bien, y esto es lo peor que puede hacer el lector, se identifica con uno de los personajes. No es este tipo modesto de imaginación el que yo quisiera que utilizasen los lectores. Así que ¿cuál es el auténtico instrumento que el lector debe emplear? La imaginación impersonal y la fruición artística. Tiene que establecerse, creo, un equilibrio armonioso y artístico entre la mente de los lectores y la del autor. Debemos mantenernos un poco distantes y gozar de este distanciamiento a la vez que gozamos intensamente -apasionadamente, con lágrimas y estremecimientos- de la textura interna de una determinada obra maestra. 

Por supuesto, es imposible ser completamente objetivo en estas cuestiones. Todo lo que vale la pena es en cierto modo subjetivo. Por ejemplo, puede que vosotros allí sentados no seáis más que un sueño mío, y puede que yo sea una de vuestras pesadillas. Lo que quiero decir es que el lector debe saber cuándo y dónde refrenar su imaginación; lo hará tratando de dilucidar el mundo específico que el autor pone a su disposición. Tenemos que ver cosas y oir cosas: visualizar las habitaciones, las ropas, los modales de los personajes de un autor. El color de los ojos de Fanny Price, protagonista de Mansfield Park, y el mobiliario de su pequeña y fría habitación, son importantes.

Cada cual tiene su propio temperamento; pero desde ahora os digo que el mejor temperamento que un lector puede tener, o desarrollar, es el que resulta de la combinación del sentido artístico con el científico. El artista entusiasta propende a ser demasiado subjetivo en su actitud respecto al libro; por tanto, cierta frialdad científica en el juicio templará el calor intuitivo. En cambio, si el aspirante a lector carece por completo de pasión y de paciencia -pasión de artista y paciencia de científico-, difícilmente gozará con la gran literatura. 

La literatura no nació el día en que un chico llegó corriendo del valle neanderthal gritando «el lobo, el lobo», con un enorme lobo gris pisándole los talones; la literatura nació el día en que un chico llegó gritando «el lobo, el lobo», sin que le persiguiera ningún lobo. El que el pobre chaval acabara siendo devorado por un animal de verdad por haber mentido tantas veces es un mero accidente. Entre el lobo de la espesura y el lobo de la historia increíble hay un centelleante término medio. Ese término medio, ese prisma, es el arte de la literatura. 

La literatura es invención. La ficción es ficción. Calificar un relato de historia verídica es un insulto al arte y a la verdad. Todo gran escritor es un gran embaucador, como lo es la architramposa Naturaleza. La Naturaleza siempre nos engaña. Desde el engaño sencillo de la propagación de la luz a la ilusión prodigiosa y compleja de los colores protectores de las mariposas o de los pájaros, hay en la Naturaleza todo un sistema maravilloso de engaños y sortilegios. El autor literario no hace más que seguir el ejemplo de la Naturaleza. 

Volviendo un momento al muchacho cubierto con pieles de cordero que grita «el lobo, el lobo», podemos exponer la cuestión de la siguiente manera: la magia del arte estaba en el espectro del lobo que él inventa deliberadamente, en su sueño del lobo; más tarde, la historia de sus bromas se convirtió en un buen relato. Cuando pereció finalmente, su historia llegó a ser un relato didáctico, narrado por las noches alrededor de las hogueras. Pero él fue el pequeño mago. Fue el inventor. 

Hay tres puntos de vista desde los que podemos considerar a un escritor: como narrador, como maestro, y como encantador. Un buen escritor combina las tres facetas; pero es la de encantador la que predomina y la que le hace ser un gran escritor. 

Al narrador acudimos en busca del entretenimiento, de la excitación mental pura y simple, de la participación emocional, del placer de viajar a alguna región remota del espacio o del tiempo. Una mentalidad algo distinta, aunque no necesariamente más elevada, busca al maestro en el escritor. Propagandista, moralista, profeta: ésta es la secuencia ascendente. Podemos acudir al maestro no sólo en busca de una formación moral sino también de conocimientos directos, de simples datos. ¡Ay!, he conocido a personas cuyo propósito al leer a los novelistas franceses y rusos era aprender algo sobre la vida del alegre París o de la triste Rusia. Por último, y sobre todo, un gran escritor es siempre un gran encantador, y aquí es donde llegamos a la parte verdaderamente emocionante: cuando tratamos de captar la magia individual de su genio, y estudiar el estilo, las imágenes, y el esquema de sus novelas o de sus poemas. 

Las tres facetas del gran escritor -magia, narración, lección- tienden a mezclarse en una impresión de único y unificado resplandor, ya que la magia del arte puede estar presente en el mismo esqueleto del relato, en el tuétano del pensamiento. Hay obras maestras con un pensamiento seco, limpio, organizado, que provocan en nosotros un estremecimiento artístico tan fuerte como puede provocarlo una novela como Mansfred Park o cualquier torrente dickensiano de imaginación sensual. Creo que una buena fórmula para comprobar la calidad de una novela es, en el fondo, una combinación de precisión poética y de intuición científica. Para gozar de esa magia, el lector inteligente lee el libro genial no tanto con el corazón, no tanto con el cerebro, sino más bien con la espina dorsal. Aquí donde tiene lugar el estremecimiento revelador, aun cuando al leer debamos mantenernos un poco distantes, un poco despegados. Entonces observamos, con un placer a la vez sensual e intelectual, cómo el artista construye su castillo de naipes, y cómo ese castillo se va convirtiendo en un castillo de hermoso acero y cristal. 



Vladimir Nabokov
Rusia, 1899 - Suiza, 1977


domingo, 10 de julio de 2011

Bacán y Bacanería. Vocablos que los chicos usan con frecuencia en Colombia, de modo inconsciente






¿Qué es la Bacanería?

Por Hugo Rafael González Montalvo
Profesor de la Universidad del Atlántico. 

La bacanería es una conducta ética. 

Una práctica milenaria en la que existe marcada atención en considerar las consecuencias que nuestras acciones tienen sobre los otros. Se fundamenta en el reconocimiento de la legitimidad del otro. Se asume el compromiso de respetar a los otros como legítimos otros, a reconocer en ellos nuestra condición humana. 

Se prefiere las acciones que convengan a todos. En medio de la competencia y la acumulación egoísta de los recursos aptos para la supervivencia, las bacanas y los bacanes encuentran en nuestra condición biológica el vínculo solidario que precipita el sentimiento altruista de pertenencia a la especie.Como propensión biológica a hacer el bien, la bacanería es una emoción gratificante. Se experimenta una sensación de plenitud ética.La bacanería excluye, por supuesto, a las conductas irresponsables y laxas en el cumplimiento de los deberes Como ideal de virtud social, es muy difícil que una persona encarne siempre a la bacanería; sin embargo podemos distinguir algunas conductas que indican que en un momento dado una persona está siendo bacana. 

La alegría bacana. 

Se abren los ojos y se experimenta la vida entre los humanos, compartiendo el fluir del misterio de lo insondable, la incertidumbre y la deriva natural. Es una forma intensa, prudente y moderada de celebrar la vida. Para los bacanes y bacanas el alegrarse en la bacanería no es la celebración sin control de todo lo que en la vida sucede, ni la indiferencia o el desprecio mezquino del dolor ajeno. Es la alegría de sentirse humano entre humanos. Todo lo contrario es lo chabacano. Lo grosero, lo vulgar, lo violento,lo injusto, lo que ofende a la dignidad humana, es la chabacanería. Solo se reconocen como bacanas a las personas que actúan “a lo bien”. 

Una conducta justa y solidaria. 

Una conducta inteligente y justa en el uso de los recursos, materiales y simbólicos, disponibles. Son bacanas la cooperación en el trabajo, la preferencia por el diálogo, el respeto por la vida humana y el ecosistema. Es una manifestación de solidaridad humana en la que se realiza el ideal de fraternidad bajo premisas de igualdad, justicia y libertad. Estamos convencidos de que en todas partes subsisten fuertes emociones ancestrales que identificamos como fortalezas para resistir las circunstancias adversas y realizar pequeñas y pacificas acciones directas en la construcción de una sociedad más humana. 

Las bacanas y los bacanes son creativos en medio del caos. Inventan formas organizativas, amables y dignas, de convivencia humana. Cultivan la amistad; dialogan para solucionar cualquier conflicto; se relacionan con los demás lúdica y festivamente. Prefieren la cooperación a la competencia. Escuchan atentos; saben distinguir para no perjudicar a los demás. 

Genes y memoria bacanos. 

Se sabe científicamente que las interacciones basadas en la colaboración y la coordinación son las que nos han permitido en nuestra deriva natural convertirnos en y evolucionar como seres humanos. Desde nuestra vida intrauterina estamos bajo la influencia de la cultura, recibiendo en nuestras neuronas una impresión de valores, vicios o virtudes sociales. Ese entrenamiento se mantiene durante el resto de nuestra existencia. Un contexto en el que prime la dignidad humana refuerza nuestra propensión natural a la bacanería. En el momento del nacimiento, en ese estado de total indefensión, recibimos el trato amoroso, los cuidados y la emoción que nos permite ahora decir que somos humanos. 

Un saber cultural. 

Se entiende a la cultura como un todo que no deja por fuera ningún aspecto de la vida: la forma en que respiramos, lo que comemos, lo individual, lo social, lo económico, lo religioso, la educación, la salud, el poder político, etc. Reconocemos que en cada una de nuestras conductas, en nuestra propia concepción del yo, en nuestros sueños, en los sentimientos más íntimos, está presente la cultura. Aceptamos que la cultura nos transforma en la misma manera en que nosotros la transformamos. Como conocimiento, como forma de pensamiento, la bacanería facilita la convivencia civilizada y hace más digna la existencia. Las ciencias y la parte positiva de la historia humana nos sirven para sustentar nuestra hipótesis y la parte negativa para refutarla, para avergonzarnos, para mantenernos alerta. A pesar de todas las dificultades la experiencia nos indica que actuando con pensamientos propios de la cultura bacana podemos controlar la insolencia de nuestros instintos agresivos en medio de los constantes estímulos de la cultura chabacana. 

Bacanería íntima y planetaria. 

La bacanería no es exclusiva de nuestro barrio, ni de una determinada región, sino que se extiende a todos los seres humanos. La bacanería es entonces planetaria, está presente en todas las culturas. En nuestra propia vecindad se sabe que sólo son bacanas aquellas relaciones de convivencia que se fundan en la aceptación del otro sin exigencias. En esa convivencia bacana no se necesita más distinción que la que nos permite concebirnos como seres humanos y reconocer esa misma condición en los otros. Por eso se habla de la cultura de la bacanería como un instrumento que nos humaniza, que nos permite autotransformarnos individual o colectivamente en seres humanos. Es un conocimiento adecuado y conveniente para contrarrestar en los tiempos contemporáneos a la tendencia que promueve sólo el consumo egoísta. Los bacanes y bacanas están convencidos que sólo el respeto y el reconocimiento de las diferencias culturales de las distintas poblaciones humanas nos abrirán camino hacia una nueva forma de habitar el planeta: la bacanería íntima y planetaria. 

Resiliencia* bacana. 

Todos conocemos a personas y ciertos grupos humanos que no se arrugan en la adversidad. Conocemos a muchos bacanes y bacanas, que en medio de las mayores penurias, tienen la capacidad para resistir la contingencia, el trauma, el estrés, sin quebrarse y salir robustecidos en el proceso. Es por eso que podemos afirmar que la emoción bacana es muy útil, tanto individual como colectivamente, porque permite mantener el animo, la lucha en la adversidad. Las ciencias que estudian los fenómenos síquicos y sociales llaman a esta capacidad resiliencia, nuestra gente la llaman sencillamente bacanería.

Bacanear y tolerar. 

Las bacanas y los bacanes diferencian entre bacanear y tolerar. En la tolerancia hay un velado aplazamiento de la negación del otro, en cambio en un ambiente con bacanería, al otro, de inmediato, se le reconoce en su condición de ser humano. Los bacanes y bacanas se organizan en comunidades, asociaciones, círculos de amigos y ecoaldeas bacanas. Conviven interactuando con conductas amables basadas en el altruismo reciproco. 

Bacanería espiritual. 

También en el goce de las artes y en la vida espiritual reconocemos a la emoción bacana. La mayoría de nosotros sabe que la emoción de la bacanería, se expresa con tal libertad estilística y multiplicidad de manifestaciones, medios y expresiones, que no admite que pueda ser reducida a un estereotipo, dogma o ropaje. Los bacanes y bacanas tienen mentes abiertas, pensamientos sin prejuicios y una visión planetaria que les permiten “encontrar similitudes donde en apariencia sólo hay diferencias, encontrar conexiones en aspectos que parecen sin relación.” 

Vocablo viajero. 

La palabra bacanería tiene ya un largo recorrido planetario. Proviene de baccan, voz latina del puerto italiano de Génova. Identificaba al jefe de familia y al capitán de barco. La palabra bacán desembarca con los inmigrantes en Buenos Aires y a principio del siglo XX como voz del lunfardo se expande con el tango por toda América. En aquella época se refería a la persona que, con estilo elegante, frecuentaba los ambientes de la vida bohemia. 

Un optimismo racional. 

Los bacanes y las bacanas aportan un concepto optimista de la vida que anima a construir un mundo mejor. Aportan un proyecto de vida planetaria en la utopía bacana. Para los bacanes y bacanas la bacanería es algo muy serio, que conlleva una valoración ética. Algunos bacanes y bacanas perciben la distancia entre "el mundo como es" y " el mundo cómo debe ser" y asumen a la bacanería como una idea que se ejecuta en el presente. Un proyecto igualitario para realizar en la diversidad cultural. Los bacanes y bacanas saben bien que "la meta es el camino". “El horizonte de la bacanería nunca está «aquí», sino siempre «más allá», desplazándose con nosotros y reclamando constantemente la crítica y la reformulación de la propuesta bacana”. 

Como propuesta de cultura de paz. 

La bacanería es nuestra propia manera de concebir la vida digna. Es un valioso recurso anímico social para impulsar y acompañar cualquier intento de detener la negación de tantas vidas. Sabemos que todavía hay muchas bacanas y muchos bacanes capaces de autocrearse desde el feliz acontecimiento de estar vivos. Sabemos también que somos lo suficientemente inteligentes para autotransformarmos. Que tenemos la capacidad para autocumplir nuestra propia profecía. Los bacanes y las bacanas dicen algo sencillo, lo que tantas veces se ha dicho: "Para evitar tanto dolor y sacrificio de vidas humanas hay que promover que las partes en los actuales conflictos bélicos, en cualquier parte del planeta, cesen el fuego e inicien procesos de negociación política que permitan construir, entre todos y con paciencia, un planeta en paz."

Economía y ecología política bacana. 

Es importante que todas las actividades económicas, manteniendo un comportamiento ético, sean respetuosas del interés público. Es provechoso promover una economía que estimule la distribución del ingreso y la ganancia obtenida del trabajo. Que permita a los Estados integrar a los ciudadanos actualmente excluidos de los beneficios del sistema productivo. Que base su accionar político en la búsqueda de la equidad social, con democracia y conservando sano el ecosistema. 

La única paz conocida. 

Familiares, amigos, vecinos y compañeros, en medio de las dificultades, afirman que la única paz que conocen es la bacanería. Cultivan el espíritu que satisface el alma. Con su actitud son una reserva natural de esperanza de la especie humana. 

Notas:

*Resiliencia o Resilencia: "Capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento. 

"El análisis de la psicología respecto a la resiliencia ha cambiado con los años. Durante muchos años, este tipo de respuestas eran consideradas como inusuales y patológicas. Sin embargo, los psicólogos actuales reconocen que se trata de una respuesta común como forma de ajuste frente a la adversidad.

"La psicología positivista considera a los problemas como desafíos, que son enfrentados y superados por las personas, gracias a la resiliencia. Existen distintas circunstancias que favorecerán o no el desarrollo de la resiliencia en cada hombre, como la educación, las relaciones familiares y el contexto social.

"Los especialistas afirman que la resiliencia está asociada a la autoestima por lo que es importante trabajar con los niños desde pequeños para que puedan desarrollar sanamente esta capacidad.

"Un niño con buena autoestima se transformará en un adulto con buena capacidad de resiliencia, por lo que estará preparado para superar los obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.

Cabe destacar que la psicología ha tomado el concepto de Resiliencia de la Ingeniería, con el que se refiere a la magnitud que cuantifica la cantidad de energía que absorbe un material al momento de romperse por un impacto. El cálculo se realiza con base en la unidad de superficie de la rotura.". Tomada de: http://definicion.de/resilencia/ 

Referencia:

Caribenet.Info. El portal del Caribe. Consultado el: Domingo, 10 de julio de 2011. Por Administrador del blog: Lenguaje y Comunicación UdeA.
<http://www.caribenet.info/conoscere_05_gonzales_bacaneria.asp?l=>.


Barranquilla, Colombia, enero de 2005.

domingo, 27 de febrero de 2011

El análisis del discurso según Van Dijk y los estudios de la comunicación

Por Omer Silva V.


Número 26

INTRODUCCIÓN

Este trabajo tiene como principal objetivo completar en una visión sintética las ideas de van Dijk en relación a la "cultura", "etnicidad", "género", "tipos de análisis de discurso" y la "emergencia" de otras disciplinas relevantes. A la luz de las fuentes consultadas, como referencias, queda claro que gran parte de los estudios sobre "análisis del discurso" (AD) ocurren en una o más de las áreas descritas en el trabajo anterior: forma, significado, interacción y cognición. Sin embargo, se aprecia que el "contexto" juega un rol fundamental en la descripción y explicación de los textos escritos y orales. A pesar de que no existe una teoría del "contexto", el concepto es utilizado por diversos expertos en una variada amplitud de significados. En la línea de enfoque de van Dijk se puede definir como "la estructura que involucra todas las propiedades o atributos de la situación social que son relevantes en la producción y comprensión del discurso"; así los rasgos del contexto no sólo pueden influir en el discurso (escrito y oral) sino que es posible lo contrario: puede modificar las características del contexto; tal como pueden distinguirse estructuras locales y globales en el discurso, lo mismo puede darse con referencia al contexto. Entre las primeras se ubican el "ambiente" (tiempo, ubicación, circunstancias, etc.) los "participantes" y sus "roles socio-comunicativos" (locutor, amigo, presidente, etc.), intenciones, metas o propósitos. El contexto global se hace evidente o relevante en la identificación del desarrollo o proceso del discurso en acciones de la organizaciones o instituciones conocidas como "procedimientos" ( legislaciones, juicio, educación, reportaje o informes). Del mismo modo el contexto global se manifiesta cuando los participantes se involucran en interacciones como miembros de un grupo, clase o institución social (mujeres - hombres; "winka"- mapuche; anciano-joven; jefe-empleado; el proceso educativo; el parlamento, la Corte, o la Policía).

Pues bien, al asumir un enfoque contextual del discurso involucramos muchos aspectos de la sociedad y su cultura. Por ejemplo, el uso pronominal que tenemos en nuestra lengua como el Español "tu-Ud" como formas de cortesía presupone siempre que, como usuarios de esta lengua, conocemos la naturaleza, de algún modo, del otro en la interacción social. Por otro lado, la variación en el léxico implica igualmente que como hablantes podemos tener opciones diferentes o "ideologías", por ejemplo, "terrorista" frente a "luchador por la libertad" o "viejo" versus "adulto mayor". Los actos de habla como las ordenes o imperativos presuponen siempre diferencias de poder y autoridad. van Dijk (l992) es concluyente cuando plantea que en todos los niveles del discurso podemos encontrar las "huellas del contexto" en las que las características sociales de los participantes juegan un rol fundamental o vital tales como "género", "clase", "etnicidad", "edad"," origen" , y "posición" u otras formas de pertenencia grupal. Además, sostiene que los contextos sociales no siempre son estáticos y que, como usuarios de una lengua, obedecemos pasivamente a las estructura de grupo, sociedad o cultura; así el discurso y los usuarios tienen una relación dialéctica en el contexto. Es decir, además de estar sujetos a los límites sociales del contexto contribuimos también a construir o cambiar ese contexto; podemos comprometer negociaciones flexibles como función de las exigencias contextuales junto con los límites generales de la cultura y la sociedad; al mismo tiempo que obedecemos al poder del grupo también lo "desafiamos" pues las normas sociales y sus reglas pueden ser cambiadas de un modo creativo donde se puede dar origen a un orden social nuevo.

2. GENERO: 

En relación a este aspecto se plantea que como varones, de un modo abierto y a veces no tanto, nos comprometemos en formas verbales "sexistas" con y acerca del sexo opuesto, atributos que prevalecen en un grupo social. De esta forma contribuimos a " reproducir" un sistema de desigualdad de géneros al ejercer un control de aquellos aspectos del contexto a expensas de participantes femeninos en el tópico, estilos, turnos, etc. en todo tipo de eventos comunicativos (Montgomery, l976; Giles, l979; Salkie, l995).

Sobresalen en este ámbito los estudios de West, Lazar, y Kramarae quienes han desarrollado el AD en este interesante ámbito.

3. LA ETNICIDAD: 

Las ideas relacionadas con el punto anterior son válidas en cuanto a la etnicidad. Aunque no se define el concepto, implica el discurso y la comunicación intra e intercultural. Se menciona la situación en los EE.UU. donde la historia de la esclavitud y la segregación racial o el racismo continuo han creado las condiciones propicias del discurso típicas de las comunidades Afro-americanas en ese país . De esta manera, los grupos étnicos o raciales han sido capaces de desarrollar formas de hablar específicas dando origen a una influencia y adaptación mutua y generando al mismo tiempo problemas de comunicación y comprensión intercultural. A nivel de sociedad global estas relaciones interculturales o inter-étnicas pueden tomar la forma de "dominancia" al entrar en una forma de reproducción de etnocentrismo y racismo a través de la utilización de un discurso "prejuiciado" o "discriminatorio" sobre una minora étnica o racial o de cualquier emigrante. Sobresalen en esta línea los estudios del mismo van Dijk junto con S. Ting-Toomey y D. Troutman sobre cultura, etnicidad y racismo (Giles,l979; Saville-Troike, l982; Stubbs, l993).

4. LA CULTURA:

Lo sintetizado en los puntos o aspectos anteriores sobre el AD adquieren validez también en el ámbito de la cultura. Ello por cuanto las distintas formas del discurso han sido testigos de las variaciones sociales entre los actores sociales como en los grupos; esto significa que el discurso es influido por las características de los cambios culturales. Así, "narrar", "cumplir una orden", expresar cortesía", o "cambiar de tema", por citar ejemplos, se pueden hacer de modos diferentes dependiendo de los valores, normas, relaciones sociales, o instituciones y la forma que adoptan o tienen determinados contextos socio-culturales. Ocurre que en el contacto intercultural las diferencias discursivas pueden aceptarse de un modo tolerante y cooperativo o dar origen a incomprensiones o conflictos traducidos en formas de dominación, exclusión u opresión (Stubbs,l993) hacia los de menos poder. De aquí que el estudio y análisis de la comunicación intra e intercultural sea un campo de acción importante para el AD multidisciplinario. En este terreno las ideas de van Dijk han sido desarrolladas por C. Goddard y A. Wierzbicka en relación a lo que ellos denominan la "interculturalidad del discurso".

5. ANALISIS DEL DISCURSO SOCIAL:

Es la dimensión donde encontramos el AD relacionado con las nociones de cultura y sociedad. Para van Dijk, es justamente el ámbito donde debieran culminar los estudios de AD. A pesar de ser un marco complejo, podemos aquí, como investigadores, trascender el mero análisis de las combinaciones "discursivas" de la oraciones, la coherencia", los "actos de habla", y los "turnos conversacionales" o los simples "cambios de tópico". Si bien es cierto que muchas de las propiedades de estas estructuras y estrategias poseen cierta autonomía y son libres de contexto, ellas interactúan con muchas de las propiedades de los contextos locales y sociales anteriormente bosquejados. Además, van Dijk plantea que si queremos explicar lo que es el "discurso", resulta insuficiente analizar sus estructuras internas, las acciones que se logran, o las operaciones mentales (procesos cognitivos) que ocurren en el uso del lenguaje. En este sentido es necesario dar cuenta que el discurso como acción social ocurre en un marco de comprensión, comunicación e interacción que a su vez son partes de estructuras y procesos socio-culturales más amplios. De esta manera, por ejemplo, las destrezas narrativas pueden ser constitutivas de una cultura colectiva o las habilidades de argumentación en el Parlamento pueden ser inherentes a los ambientes legislativos, o cómo el "discurso educacional" (Stubbs,l993) pueda definir la educación como proceso social, etc. Sobre esta base, se puede plantear la idea de que, mediante propiedades especificas del habla acerca de inmigrantes o de los "pueblos indígenas", se pueda contribuir a una forma de reproducción de "prácticas racistas". Por otra parte, siempre en la línea de van Dijk, la desigualdad de los "géneros" puede también manifestarse y confirmarse por el discurso "machista" desafiado a su vez por otro "feminista". El abuso del poder político puede involucrar a la manipulación y legitimación de la propaganda como tipos o funciones de una "comunicación discursiva" que cualquier oposición política puede de igual forma realizar. En síntesis, lo que puede aparecer como mero discurso local, en muchos casos, se instituye como procesos y estructuras complejas a un nivel más global de la sociedad.

Estas formas de AD no son simples; requieren de un estudio más integrado en todos los niveles o dimensiones vistos hasta aquí; así las relaciones entre discurso y estructuras sociales resultan a menudo ser indirectos y altamente complicados de abordar. Retomando, a modo de ejemplo, lo que decíamos en párrafos precedentes sobre el o los "usos pronominales" (pronominalización) éstos necesitan relacionarse con la estructura de la oración, el significado, la interacción, modelos mentales, la identidad y las creencias compartidas, antes de relacionarlos con las diferencias de poder entre los miembros de un grupo o estructuras y rutinas institucionales. No cabe duda que al ámbito del AD es, en consecuencia, inter o multi disciplinario; ello queda claro al entrar al campo social del AD que tiende a orientarse hacia un "campo aplicado" sobre todo si intentamos llevar este tipo de análisis al terreno de la "educación", los "medios", la "política", el "derecho", y tantos otros campos donde el discurso adopta diversas formas y usos. Esta línea específica de desarrollo del AD la encontramos en los trabajos de Britt-Louise Gunarsson quien en forma detallada nos da cuenta de lo que ocurre desde la llamada "lingüística aplicada" a la conformación del marco de un "análisis de discurso aplicado" enfocado hacia los "ambientes educativos", "ambientes legales y burocráticos", "ambientes médico- social", "ambientes laborales" ,y los "ambientes científicos o académicos" (de Beaugrande,l993).

6. EL AD CRÍTICO: (o Análisis Crítico del Discurso)

A pesar de que podamos involucrarnos activa o pasivamente en los aspectos sociales del AD y de un modo también lejano o desinteresado siempre tendremos en frente de nuestro trabajo las normas dominantes que requiere todo trabajo intelectual o académico con el fin de ser "objetivo". Igualmente nos comprometemos en los temas y/o fenómenos a estudiar. Como tal debemos asumir una posición más cuestionadora de la realidad circundante, principalmente cuando se trata de cómo los discursos orales y escritos reproducen el abuso de poder, la dominación o la desigualdad social. A esto es lo que van Dijk denomina "AD crítico" cuyo exponente explicita siempre su posición social y política; asumir una posición con el fin de descubrir, desmitificar y, al mismo tiempo, "desafiar" una posición o dominación mediante un análisis crítico del discurso opuesto. Así, en lugar de centrarse en la disciplina y sus teorías o paradigmas lo hace en la relevancia de una situación problemática o crucial . El trabajo de un analista crítico está orientado por un "problema" más que por un marco teórico; su análisis, su descripción de un fenómeno como la formulación de una teoría juegan un rol en la medida que permita una mejor comprensión crítica de la "desigualdad social" basada en, por ejemplo, origen, género, clase, religión, lengua, u otro criterio que pueda definir las diferencias humanas. Su fin último no ser puramente científico, sino también político y social, es decir, con tendencia al "cambio". Es justamente en este sentido que la orientación social se transforma en "crítica". Quienes se mueven en esta senda ven el AD como una tarea moral y política con responsabilidad académica.

Finalmente, debemos dejar en claro que, para van Dijk, el AD o el "discurso" mismo es una parte inherente de la sociedad y participa prácticamente en todas las "injusticias" de la sociedad como en la lucha contra ellas. Un analista crítico del discurso , además de tener en cuenta el vínculo entre discurso y estructura social apunta a ser un "agente de cambio", solidario con las necesidades que promueven tal cambio. En esta línea de trabajo sobresalen las contribuciones de N. Fairclough y R. Wodak en temas tales como "lenguaje y poder", "el discurso de los medios", y los "trastornos del discurso".

TIPOS DE ANALISIS DEL DISCURSO

Hasta aquí hemos presentado una introducción elemental, aunque densa, de las estructuras, niveles y dimensiones del discurso y sus enfoques. Ahora, en una breve visión retrospectiva, consideraremos el marco resultante en términos más generales al examinar aquellos principios básicos que orientan el quehacer en AD donde se distinguen tipos, estilos y modos de realizar el análisis.

El que más prevalece o ha prevalecido es el trabajo sobre "análisis textual" que trata con las estructuras más abstractas del discurso escrito como un objeto fijo en la perspectiva de la "lingüística". El otro es el relacionado con el "estudio del habla" (discurso oral) que se centra en aquellos aspectos más dinámicos de la interacción espontánea en la perspectivas de las "ciencias sociales".

A pesar de las diferencias de enfoques, ambos están comprometidos con el descubrimiento de "ordenes", "reglas", y "regularidades" en el trabajo de análisis de "estrategias" y "estructuras"; tienen una orientación descriptiva y su tendencia es a ignorar contextos mayores como por ejemplo lo "cognitivo" y lo "social".

De la misma forma también existe la distinción entre estudios más "formales" o abstractos como en la inteligencia artificial y gramática, y estudios más "concretos" de textos reales o formas de habla en contextos específicos o socio-históricos, es decir, de la formas reales en que los usuarios de una lengua se manejan como "actores sociales", hablando, significando, y haciendo cosas con palabras.

En la literatura consultada, resaltan las orientaciones de tipo teórico y descriptivo y los aplicados y críticos con un fuerte‚ énfasis en lo social, el último. También se puede distinguir una diferencia en los "estilos" o diseños de investigación; aquí se sitúan los estudios "empíricos" que trabajan con información concreta o corpus, y los de orientación "filosófica" que son más bien especulativos y utilizan formas impresionísticas para referirse al discurso.

Otro criterio de diferenciación de enfoques se basa en tipos de discurso en cuanto a "género". Aquí las preferencias apuntan hacia las conversaciones, las noticias, la publicidad, la narrativa, la argumentación, el discurso político, entre otros. Ahora bien, cada uno de estos enfoques ha desarrollado sus propios conceptos, métodos y técnicas de análisis; una integración de los mismos pueden circular en forma paralela a la variación y especialización interdisciplinaria van Dijk distingue tres: a) los que se centran en el discurso mismo o en la estructura, b) los que consideran el discurso como comunicación en el ámbito de la "cognición", y c) aquellos que se centran en la estructura socio-cultural. Todos conforman una trilogía (discurso, cognición, sociedad) la que se vislumbra como el ámbito propicio para el establecimiento de una empresa multidisciplinaria en el AD. Sea cual fuere el punto por donde podamos ingresar a este triángulo descubriremos que no se necesitan de los otros lados o aspectos; cualquier exclusión, entonces, década de los años 60 el interés emergió simultáneamente tanto en el campo de las "humanidades" como en el de las "ciencias sociales". Ya, como discurso escrito y oral, venía siendo abordado o tratado en el análisis literario, la historia, la comunicación de masas, y desde la Grecia Antigua en la retórica o como las propiedades de "hablar en público". Por ser el AD un campo interdisciplinario nos referiremos en forma resumida a las principales disciplinas que lo abordan y tratan:

** Etnografía: Surge a mediado de los años 69 como una interdisciplina sistemática y explícita para abordar el AD; fue justamente en el campo antropológico donde se levanta un escenario con un primer "informe etnográfico" de los llamados "eventos comunicativos" (formas de hablar") en los contexto culturales. Se planteó que los hablantes de una lengua no sólo conocen las reglas o principios que estructuran una lengua como sistema gramatical sino también, como miembros de una cultura, son poseedores de una "competencia comunicativa" (saber qué decir y cuándo) (Silva, l988) más amplia; que comparten un conocimiento cultural de reglas sobre cómo hablar correcta y apropiadamente en situaciones, por ejemplo, "cómo advertir", "cómo contar un cuento", o "cómo entrar/salir de una disputa o debate"(Saville-Troike, l982).

** Estructuralismo y Semiótica: Surge como el llamado de Formalistas y otros especialistas Rusos en los años 20 y 30. El primero ofrece un marco más amplio para el estudio de la "narrativa", los "mitos", "literatura", y "cine" y otras prácticas semióticas en Francia desde donde se proyectaron influencias en diversos sentidos y latitudes. Por ejemplo, el análisis estructuralista de textos y/o narrativas en el estudio de los "medios" (Tobin,l990). La crítica que siempre aparece en estos enfoque es la de no dar cuenta de los procesos cognitivos, la interacción social , y las estructuras sociales.

** Gramática del Discurso: Más allá de la corriente Generativista en Lingüística, algunos lingüistas se han dado cuenta que el estudio de la lengua significaba, más que describir un sistema sintáctico, sobre la base de oraciones aisladas de contexto , comenzar a pensar en términos de "texto" o, como lo denomina van Dijk, la gramática de discurso centrado especialmente en las relaciones semántica y funcionales entre las oraciones. En otras palabras, cómo un texto es coherente y cómo se distribuye la información en el mismo. Hasta ese momento, el enfoque estructuralista o semiótico en el AD no consideraba el uso real de la lengua o la "dimensión social del discurso". De esta manera, y como una forma de enriquecer el campo del AD, los aportes provenientes de la "psicolingüística" y de la "psicología cognitiva" se han hecho relevantes al considerar el estudio de lo que ocurre en el "procesamiento" de la información verbal en textos orales y escritos.

** La Sociolingüística y la Pragmática: Al mismo tiempo que emergen los intereses por la estructura del discurso lo hacen también la sociolingüística y la pragmática como nuevas orientaciones en el campo de las ciencias del lenguaje. Parte de estos esfuerzos se centran en la "naturaleza discursiva del uso del lenguaje", "los actos de habla", y la "interacción verbal" al no sentirse una satisfacción con las cuentas formales de la estructura del discurso en un contexto socio-cultural (Salkie,l995; Leech,l996).

** La Etnometodología: Surge a fines de los 60 como un enfoque "micro-sociológico" interesado en el campo de la "interacción diaria" especialmente en lo referente al análisis de conversaciones en la "vida cotidiana"; reciben una atención preferente los "cambio de turno" o alternancias del diálogo como también qué tipo de interacción social se logra al expresarse de una determinada forma. Estos estudios ejercen gran influencia en la conformación del "análisis conversacional". Se observan escasos vínculos con los estudios lingüísticos formales y cognitivos al tiempo que se mantuvo cierta distancia de las formas "macro-sociológicas" clásicas al dar cuenta de una estructura social (Giles, l979; Stubbs, l993).

** La Psicología Cognitiva: Junto con la Psicología Educacional e inspirada por las complejidades del "aprendizaje humano" y/o "la adquisición del conocimiento" (fundamentos epistemológicos) (Audi, l998) en el inicio de los 70 surge una corriente de investigación en el estudio o rol que desempeñan los "procesos mentales" (atención, memoria, percepción, concentración, solución de problemas, etc.) en el proceso de comprensión de "textos" y en un marco que posteriormente conocemos como "ciencia cognitiva". Este desarrollo ocurre en estrecha cooperación con los avances de la "simulación" de computadores en la comprensión así como el rol del conocimiento en el ámbito de la "inteligencia artificial" que en su conjunto integra, enriqueciendo, las perspectivas de la "Lingüística Textual" (Green, l989; Turner, l996).

** La Psicología Social y la "Psicología Discursiva": La primera entra al campo del AD solamente en la década de los 80 a pesar de que en sus áreas de acción se habían tratado temas relevantes como los "procesos de socialización" y la "atribución". En Gran Bretaña algunos psicólogos sociales desde una relevancia obvia en la interacción social y la construcción de representaciones sociales" desarrollan su propio enfoque conocido como "psicología discursiva". Desde una posición cognitiva, e inspirados por los principios de la etnometodología, se centran en el estudio de la interacción como "fenómeno psicológico" para abordar la "comprensión", la "explicación", la "formación de opiniones e ideologías" (Giles, l979).

** Los Estudios de la Comunicación: En forma de algún modo lenta, en la década de los 70 y 80 las diversas ramas interesadas por el estudio de la "comunicación humana" sintieron que el AD ampliaba su domino de acción, por ejemplo, la estructura de los mensajes en los medios de comunicación masivos, la comunicación interpersonal, intercultural, y empresarial. Se puede afirmar que tanto el estudio de la comunicación humana así como el AD, en conjunto, pueden contribuir a una mayor integración de ambos enfoques ampliando el campo de una "teoría de la comunicación humana" (Brown, l994).

** Otras disciplinas: Lo planteado hasta aquí es válido para otras disciplinas que puedan emerger en el AD centrados en las humanidades y ciencias sociales. Por ejemplo, el estudio de las interacciones verbales en la administración de justicia (Corte o Tribunales) ya han atraído el interés en los llamados "estudios legales" en sociología y la psicología social. Por otra parte, los historiadores se interesan por la naturaleza textual de sus fuentes y de los aspectos narrativos de la historiografía; es el caso de la "teología" con el estudio de la Biblia o de otros textos sagrados. Podemos decir también que, por ahora, de la gama de disciplinas interesadas en el AD, la "ciencia política" es la que parece estar ausente en forma más sistemática; no se necesita argumentar mucho para darse cuenta que es justamente éste uno de los campos en que el discursos oral y escrito constituye un elemento central en todo proceso político (Leech, l996).

¿DIVERSIDAD O INTEGRACION?

A pesar de la riqueza de enfoques interdisciplinarios para abordar el AD, van Dijk lo plantea como opciones válidas conducentes a la unificación de los esfuerzos o al inicio y desarrollo de caminos propios. Lo positivo, como sea que fuere, es que los esfuerzos así expuestos producen una constante renovación teórica interesante por el hecho de que inicialmente, como hemos visto, el AD ha tenido lugar en los límites de disciplinas ya establecidas. Más que tender a la diversidad, el punto es y ser la emergencia de una empresa unificada. Por ejemplo, es lo que hemos venido percibiendo entre la lingüítica textual y la psicología cognitiva; otro tanto se da entre la micro-sociología, la sociolingüística, y la etnografía. Sin embargo, también se observan dominios dispares o aislados como lo son, hasta el momento, la estilística, la retórica y los estudios sobre "argumentación" (Audi, l998). Igualmente permanecen algo separados los dominios entre "mente" e "interacción"; ello lo vemos reflejado en los estudios de la "coherencia" la que fue primero tratada en los textos escritos y desde allí al análisis conversacional; las estrategias de interacción en la llamada "habla situada" fueron ignorados en el estudios de los "textos". Por otra parte, nociones fundamentales como el "significado" han sido tratadas de maneras diferentes en la semántica formal, psicología cognitiva, sociología, y la etnografía de las interacciones.

El mismo van Dijk visualiza que también han ocurrido "formas de fragmentación" lamentables en los puntos o lugares en que se inició el AD con trayectorias más o menos típicas como ha sido el caso de aquellos esfuerzos estructuralistas y post-estructuralistas en Francia y su contraparte inglesa especialmente en orientaciones literarias y filosóficas. En la tradición Hispánica el rumbo ha sido el trazado por la influencia Francesa. Afortunadamente, en la últimas décadas se han podido apreciar muchos intentos de integración. Por el lado psicológico la ciencia cognitiva suministra un marco unificado de integración e inspiración mutua en aspectos lingüísticos, cognitivos, neurológicos, y filosóficos (Turner, l996). Desde la perspectiva socio- cultural el interés por la "interacción social situada" ha favorecido el intercambio desde la pragmática, sociolingüística, sociología, y etnografía.

Es igualmente relevante destacar que han surgido algunos puntos de vistas como para plantear que no es posible una división entre cognición e interacción, sociedad y cultura favoreciendo el desarrollo de la "antropología cognitiva" con la noción de "cognición social" como el fundamento base en el AD tanto en su dimensión socio-cultural como cognitiva.

En síntesis, se puede afirmar que el AD define un dominio de estudio que por sí mismo ha promovido una influencia interdisciplinaria, por ende, una integración más que división. Se trata de que nos podamos centrar, en el futuro, en un AD como disciplina autónoma. Para ello no ser exclusividad referirse en detalle a una estructura o gramática textual, o a la cognición, interacción, estructura social, etc. sino como aspectos de un compromiso científico complejo que explique y describa el "discurso" humano como comunicación (Brown, l994).

LOS PRINCIPIOS EN LA ACCION DEL AD

No es suficiente explicar las propiedades del discurso así como sus dominios correspondientes. Hasta aquí hemos ampliado la visión o campo tratada en el trabajo anterior. Como toda disciplina o área de conocimiento el AD se orienta por algunos principios que es necesario de tener en consideración sobre todo cuando diseñamos algún tipo de investigación en el campo. van Dijk plantea que debemos tener en cuenta un cierto número de normas con el objeto de realizar un trabajo interdisciplinario objetivo y académico. A pesar de que los mismos puedan provocar reacciones críticas en el campo investigativo, ellos están sujetos a cambios. Veamos los más relevantes:
  1. Lo escrito y lo oral en su entorno natural: significa que cualquier estudio de AD debe tener como centro un material de trabajo que refleje realmente lo que ocurre en la interacción. Se deben evitar ejemplos inventados o construidos en favor de datos reales o "corpus". Los datos no pueden "editarse" o someterlos a un proceso de "sanitización" sino estudiados tal como son recogidos en la realidad o contexto social.
  2. El contexto: el discurso debe ser estudiado preferentemente como constituyente de su situación local, global, socio-cultural. De muchas maneras los discursos orales y escritos indican, reflejan o señalan su pertenencia contextual. Así las estructuras contextuales se deben observar y analizar en detalle y también como posibles consecuencias del discurso: ambiente, participantes, roles comunicativos, metas, conocimiento relevante, normas y valores, o estructuras institucionales u organizacionales, etc.
  3. El discurso como expresión oral: Mientras la mayoría de los trabajos iniciales de Ad se centraron en textos escritos (literatura, medios), la tendencia ahora es al cambio . Se trata de trabajar con interacciones verbales reales en conversaciones o diálogos formales e informales . El habla es considerada como la forma básica y primordial del discurso.
  4. El discurso como práctica de los miembros de una sociedad: Tanto el discurso oral y escrito son formas de prácticas sociales en contextos socio-culturales; no sólo somos usuarios de una lengua sino también somos parte o miembros de un grupo, institución o cultura. Mediante el uso de la lengua, entre otros, desempeñamos roles, afirmamos o negamos, estamos de acuerdo o desacuerdo, pedimos o damos información, adquirimos conocimiento e, incluso, dice van Dijk, somos capaces de "desafiar" una estructura social, política o institucional.
  5. Las categorías de los miembros: Desde las prácticas en "análisis conversacional" siempre se ha mantenido la idea de que no debemos imponer nociones preconcebidas o categorías desde la perspectiva del investigador. Se tienen que respetar las formas sobre cómo los integrantes o miembros de un grupo social interpretan, orientan y categorizan los atributos o propiedades del mundo social, sus conductas y el discurso mismo. Sobre esta base se deben formular las teorías que en forma sistemática y/o explícita den cuenta del discurso como práctica social.
  6. La secuencialidad: Se refiere al hecho de que el discurso se realiza en un sentido lineal o secuencial tanto en su producción como en comprensión. Esto es válido en lo oral y escrito e implica que en todo sus niveles (oraciones, proposiciones, actos) se deben enunciar e interpretar de acuerdo a la información precedente que es lo que ocurre en la así llamada "coherencia". Ello involucra cierta "funcionalidad": los elementos últimos se relacionan con los anteriores. Como usuarios de la lengua operamos así mental e interactivamente (modo en línea o "on-line"). Así nos damos la oportunidad de re-interpretar o corregir información o contenido.
  7. La constructividad: Los discursos también son constructivos en el sentido que las unidades constitutivas se pueden usar, comprender, y analizar "funcionalmente" como partes de un todo, creando estructuras jerárquicas en la forma, significado e interacción.
  8. Niveles y dimensiones: Los analistas del discurso tienen siempre la tendencia a descomponer sus trabajos en niveles y cómo se relacionan estos niveles. Como usuarios de la lengua los manejamos como un conjunto (sonidos, significados, o acciones).
  9. Significado y función: El investigador siempre está tras el o los significado(s) . Formular preguntas como: ¿Qué significa esto aquí? ¿Cuál es el sentido en este contexto? Este principio tiene implicancias funcionales y explicativas ¿Por qué se dice aquí?
  10. Las reglas: Se postula que el discurso también está gobernado por reglas. Tanto el discurso oral como escrito se debe analizar como manifestación o expresión de reglas gramaticales, textuales, comunicativas o interaccionales compartidas socialmente. También interesa al analista descubrir cómo se quebrantan, se ignoran o se cambian tales reglas y qué funciones discursivas presentan tales perturbaciones.
  11. Estrategias: Los usuarios de una lengua conocen y aplican estrategias mentales e interactivas en el proceso de producción y comprensión efectiva para lograr una efectividad en la realización del discurso (expresión de la intencionalidad) y su impacto en la conducta de un destinatario. Es como en el ajedrez donde para ganar o perder aplicamos técnicas, movimientos especiales, etc.
  12. La cognición social: Es fundamental aunque sea menos reconocida en algunos enfoques o tendencias. Se trata de los procesos mentales y representaciones del mundo que expresamos en lo oral o escrito. No podríamos entender el significado, coherencia, acción, etc. sin considerar lo que ocurre en la mente de los usuarios de la lengua en la realización de las interacciones. También juegan un rol fundamental en al AD los recuerdos o experiencias personales (modelos), las representaciones socio-culturales compartidas (conocimientos, actitudes, ideologías, valores, normas) que tenemos como usuarios de una lengua o como miembros de un grupo; la cognición es la "interface" entre el discurso y la sociedad.
PALABRAS FINALES

En estos dos trabajos se ha presentado el pensamiento de van Dijk en relación a los estudios sobre análisis del discurso como una manera de divulgar, en el ámbito académico, este importante conocimiento. Mirada su teoría, retrospectivamente, se aprecia un recorrido largo donde destacan, podríamos decir, los estudios lingüísticos de la "pronominalización", la "coherencia semántica", la observación de los "turnos conversacionales", y la "comprensión textual". Sin duda, en este camino se han involucrado más de una disciplina con enfoques algunos más sofisticados que otros. Casi en el término del milenio, el AD está cumpliendo la mayoría de edad; su interdisciplinareidad garantiza, por tanto, renovaciones continuas, e inspiraciones que apuntan en la actualidad hacia los campos del Derecho, Ciencia Política, y la Comunicación Humana. EL AD se mueve desde un nivel macro-social a otro micro-social y viceversa entregándonos un enfoque bien fundado y crítico para el estudio de problemáticas sociales, el poder, y la desigualdad. Por otro lado, está tomando, dice van Dijk, su propio lugar en las Humanidades y Ciencias Sociales entregándonos visiones o perspectivas de los fenómenos sociales y mentales que, posiblemente, otras disciplinas lo hacen tangencialmente. Debe tenerse en cuenta que el AD no es un método aplicable al diseño de investigaciones psicológicas, sociológicas, antropológicas o socio-política. Postula a ser una disciplina autónoma. Específicamente, en el ámbito de la "psicolingüística" el AD plantea que el uso de la lengua y la manifestación del pensamiento se manifiestan en lo que van Dijk denomina " interacción social discursiva". En este sentido, habría que agregar que no son muchas las especialidades del saber humano capaces de ofrecer oportunidades válidas para entender cómo los hablantes usan una lengua, piensan, e interactúan "reproduciendo" de esta manera su pertenencia grupal, y socio-cultural; ello desde el diálogo cotidiano a la formalidad del discurso científico, o desde lo cotidiano a la rigidez del discurso pedagógico en el aula, etc. El camino de la ciencia del lenguaje en las décadas venideras será textual, discursivo, comunicativo, crítico e interdisciplinario.


Referencias:

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Brown, G. (l994) Language and Understanding. Oxford: Oxford University Press.

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Mtro. Omer Silva V.: Licenciado en Pedagogía. Magíster en Lingüística, Depto. Lenguas, Literatura y Comunicación,.Facultad de Educación y Humanidades, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile.

Texto tomado de: Razón y Palabra. Primera revista latinoamericana especializada en comunicación. Abril-mayo de 2002. <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n26/osilva.html>.