martes, 21 de febrero de 2023

H. G. Wells, el autor que hizo creíble la historia

 Por: Daniela Ángel Madrid


Hace 78 años, miles de ciudadanos salieron asustados a las calles de Nueva York (Estados Unidos) por la supuesta invasión alienígena que provenía del vecino planeta Marte.

“Damas y caballeros, tengo que anunciarles una grave noticia. Por increíble que parezca, las observaciones científicas nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey (Nueva York) son la vanguardia de un ejército invasor procedente de Marte”, relató el locutor Orson Welles, a través de la cadena radial Columbia Broadcasting System (CBS) un 30 de octubre de 1936.

Aunque se hablaba de “lo más terrorífico que nunca se había presenciado”, de caras extraterrestres con “grandes ojos” como “dos discos luminosos”, lo que no sabían los ciudadanos es que esta narración radial hacía parte de un programa basado en la dramatización de obras literarias que Orson Welles interpretaba. Se trataba de la novela La guerra de los mundos (The War of the Worlds, 1898), del escritor de ciencia ficción Herbert George Wells.

Ciencia ficción

Este novelista, más conocido como H. G. Wells, es considerado uno de los principales precursores de la ciencia ficción en la literatura mundial junto a Julio Verne, según el especialista en edición de publicaciones y magíster en Literatura Colombiana, Carlos Alberto Álvarez.

“Esta atribución fue gracias a la técnica de verosimilitud (que parece verdadero o que es creíble) que H. G. Wells utilizó en su narrativa”, señaló el especialista y, al tiempo, explicó que en La guerra de los mundos “se incluyen varios nombres propios de lugares reales de Inglaterra, como Woking, que es una ciudad en el Condado de Surrey; Chertsey, otro municipio y Ottershaw, un pueblo inglés, todos del mismo condado.

Otro caso en el que se registra esta técnica, “con la idea de hacer creíble la historia”, es cuando H. G. Wells “brinda datos científicos para detallar cómo los marcianos hacen una observación, detenida y envidiosa de los habitantes de la Tierra”, destacó Álvarez.

En el siguiente fragmento de la novela puede apreciarse la mencionada técnica: “Casi no necesito recordar al lector que el planeta Marte gira alrededor del Sol a una distancia de 140 millones de millas y que recibe del astro rey apenas la mitad de la luz y el calor que llegan a la Tierra. El hecho de que tiene apenas una séptima parte del volumen de esta debe haber acelerado su enfriamiento, dándole una temperatura que permitiera la aparición de la vida sobre su superficie. Tiene aire y agua, así como también todo lo necesario para sostener la existencia de seres animados”.

Influencias en la ciencia

Las novelas de H. G. Wells influyeron en el ingeniero aeroespacial Wernher Von Braun, diseñador del cohete Saturno V, que llevó la tripulación de hombres que pisaron la Luna por primera vez en la historia.

Por sus escritos relacionados con la ciencia, en 1970 un grupo de científicos de la Unión Astronómica Internacional (UAI) decidieron en su honor llamar H. G. Wells a un astroblema lunar, es decir, a la depresión que dejó el impacto de un meteorito en la superficie ubicada en la cara oculta de este satélite natural.

Las obras de este genio de la ciencia ficción inspiraron el futuro de aquella época y hoy sus libros son un legado literario que continúa vigente.

Otras novelas de ciencia ficción de H. G. Wells

La máquina del tiempo (The Time Machine, 1895), fue la primera novela publicada de H. G. Wells, en ella trató el tema político de la lucha de clases entrelazado con la ciencia y los viajes a través del tiempo.

En La isla del doctor Moreau (The Island of Dr. Moreau, 1896), Wells abordó la obligación de la acción ética del científico en los límites de sus descubrimientos.

Una temática similar a la publicación anterior descrita, adoptó Wells en la novela El hombre invisible (The Invisible Man, 1897).

Finalmente, en Los primeros hombres en la Luna (The First Men in the Moon, 1901), el autor utilizó la idea de hacer creíble la historia.

Estas novelas, junto a La guerra de los mundos, fueron la inspiración para la producción de varias películas cinematográficas, consideradas por los críticos como clásicos del siglo XX.

Referencia

Angel Madrid, Daniela. (23 de septiembre de 2016). H. G. Wells, el autor que hizo creíble la historia. Periódico El Mundo.

Exoplanetas: mundos entre la realidad y la ciencia ficción

 Por: Daniela Ángel Madrid


Planetas narrados desde la literatura y la cinematografía, surgidos desde la imaginación de diversos autores, podrían ser finalmente descubiertos por las ciencias exactas. Quizás estén por allí en algún lugar del universo.

El descubrimiento de exoplanetas, planetas más allá del sistema solar, fue un hecho que apenas se efectuó hace dos décadas. “Los científicos llegamos tarde a esa búsqueda, porque antes de nosotros había llegado la imaginación de los autores de las novelas fantásticas. Es allí donde los científicos entramos en contacto con la ciencia ficción”, expresó el Ph D en Astrofísica, Jorge Iván Zuluaga.

“La ciencia ficción ya había soñado por siglos con otros mundos, sus paisajes y sus posibles habitantes”, añadió y luego reconoció que la mayoría de las ideas que desarrolla en su línea de investigación “han sido previamente pensadas por la literatura”.

Novelas que imaginaron a los exoplanetas

La primera novela considerada de ciencia ficción fue Del universo infinito y sus mundos (De l´infinito universo et Mond, 1584) de Giordano Bruno, quien se aventuró a establecer la idea del “universo incontable”: “Existen, pues, innumerables soles; existen infinitas tierras que giran igualmente en torno a dichos soles, del mismo modo que vemos a estos siete (planetas) girar en torno a este sol que está cerca de nosotros”, dice la obra. Para el año 1610, esta idea fue corroborada por Galileo Galei.

Luego se adelantó a la ciencia El Sueño (Somnium, 1603) de Johannes Kepler, en la que el autor estableció el sueño de ver la Tierra desde la Luna, lo cual fue realizado por la Nasa 373 años después con cámaras robotizadas, que tomaron las primeras fotografías del planeta terrestre.

The Speedy Journey (1744) de Eberhard Christian Kinderman fue la tercera novela de ciencia ficción que se adelantó a los trabajos de los científicos. En la historia se narra el primer viaje a Marte y se menciona la existencia de las lunas de este planeta rocoso. Sin embargo, estos satélites naturales denominados Fobos y Deimos fueron descubiertos sólo hasta 1877 por el astrónomo estadounidense Asaph Hall.

Ocho años después, Micromegas (Micromégas, 1752), de Voltaire, se convirtió en la cuarta novela de ciencia ficción. Habla de la existencia de un planeta fuera del sistema solar: esta es la primera historia con la idea de un exoplaneta más grande que Júpiter. En el año 2009, fue descubierto el planeta Wasp-17b, efectivamente con un tamaño mayor al de Júpiter, pero con un peso más liviano, por lo que es un “planeta inflado”, según contó Zuluaga.

Atardecer (Nitghfall, 1941), de Isaac Asimov y Robert Silverberg fue la quinta novela de ciencia ficción. El Narrador allí se imaginó un “atardecer eterno”. Luego se halló a Kelt-4AB, un planeta extrasolar que órbita a tres estrellas, por lo cual en este planeta no hay anochecer, sino que se da cada 2.000 años.

Igualmente, la sexta novela, fue Mundos Artificiales o Mundo Anillo (Ringworld, 1970) de Larry Niven. En ella se mencionan a extraterrestres que se “trastearon” a una nueva galaxia, pero no encontraron el planeta habitable, por lo cual construyeron una estructura cilíndrica alrededor de una estrella para absorber así su energía. “En este momento hay una estrella descubierta que muestra mucha variabilidad su energía al estudiarla y se puede pensar en que tal vez podría tener una estructura similar a su alrededor”, declaró Zuluaga.

La séptima novela en este sentido fue Contacto (Contac, 1985) de Carl Sagan. En esta obra se planteó un viaje a través de un agujero de gusano hacia la estrella llamada en la novela Vega. Aunque, Vega realmente existe y está ubicada en la constelación de la Lira, a 52 años luz de la Tierra, y fue la primera estrella, después del Sol, en ser fotografiada y en realizársele un registro espectral, en la obra de Sagan se menciona a Vega como “prácticamente una vecina de al lado”.

Exoplanetas en el cine

Un caso de un planeta similar a los mencionados en el cine es el de Kepler 47, que posee dos soles, similar al planeta Tatooine descrito en el universo de la saga Stars Wars, dirigida por George Lukas.

También en el filme Avatar, de James Cameron, se menciona a una civilización nativa que vive en la luna Pandora que gira alrededor de un planeta. “Podrían existir lunas que estando a la distancia correcta pudieran ser habitables”, expresó el Ph D en Astrofísica, Jorge Iván Zuluaga.

Referencias

Angel Madrid, D. (19 de septiembre de 2016). Exoplanetas: mundos entre la realidad y la ciencia ficción. Peródico El Mundo.

martes, 14 de febrero de 2023

Baudelaire y “Las Flores del Mal”

 Por: Daniela Ángel Madrid


Denominado por Paul Verlaine como uno de los “Poetas Malditos” de Francia en el siglo XIX, Charles Baudelaire cambió la visión de la literatura de su época.

En su poemario “Las Flores del Mal”, publicado en 1857, revolucionó las bases de la poesía francesa moderna incluyendo temáticas de espíritu rebelde frente a la moral, la disciplina y el Status Quo, exaltando al erotismo, a la muerte, a satanás, a los placeres, los vicios y los viajes.

Por esta obra, fue acusado de atentar contra la moral pública, siendo multado y censurado. Igualmente, evidenció la concepción del artista y poeta como un ser “maldito” rechazado por la sociedad burguesa, convirtiendo así a su propio arte en una reacción audaz contra las estructuras de la vida moderna.

El Simbolismo

Con su “bohemia”, este poeta dio fin al Romanticismo y se consideró como el precursor de la corriente artística del Simbolismo, que emergería en 1885, con Jean Moréas al declarar con su manifiesto un nuevo estilo “enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva”.

Nuevas narrativas

Baudelaire no se conformaría solo con desafiar a la autoridad moral. También intentó desarrollar en la literatura ese cambio sustancial que clamaba la existencia humana.

En la obra póstuma “El Spleen de París” (1862), se halla su experimento de poemas en prosa, con el cual pretendió romper esquemas dejándose guiar por su “ambición creativa”.

“¿Quién de nosotros (…) no ha soñado con el milagro de una prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, demasiado flexible y demasiado entorpecida para adaptarse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones de la ensoñación y a los sobresaltos de la conciencia?”.

Finalmente, Baudelaire también escribe en sus líneas una solución a los hombres modernos: “para no ser esclavos martirizados del Tiempo”, “hay que estar siempre embriagados (…)” “Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud. Como gusten. Pero embriáguense”.

Bibliografía

Baudelaire, C. (1999). Las Flores del Mal. Barcelona: Ediciones 29.

Baudelaire, C. (2017). El Spleen de París. Buenos Aires: Ediciones Piloto De Tormenta.

Rimbaud y la poesía colombiana

 Por: Daniela Ángel Madrid


Una mirada desde la influencia de la obra de Arthur Rimbaud en los poetas colombianos.

La renuncia, el exilio, el suicidio y el ‘malditismo’ hacen parte de los principales temas que el francés Arthur Rimbaud desarrolló en su poesía: revolucionó los versos contemporáneos.

Para el magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia, Albeiro Montoya Guiral, este temario en Rimbaud se debió al “abandono de la literatura a los 19 años, para emprender un viaje que lo llevaría por África”.

En su obra poética predominó la sinestesia, es decir, “una poesía absolutamente sensorial, sugestiva y sugerente”, indicó.

Así nació un nuevo estilo narrativo, en el siglo XIX. “Rimbaud revolucionó las letras, sacó a la poesía de los academicismos y la puso a vivir dentro de la cotidianidad con mucha inteligencia e iluminación”, consideró Montoya Guiral.

Los poetas colombianos

Estas temáticas fueron luego retomadas por el escritor José Asunción Silva y los poetas “nadaístas” de la Colombia contemporánea, como Darío Lemos y Gonzalo Arango.

Sin embargo, la obra literaria de Rimbaud no es comparable con la de dichos, sino con el contexto de cada uno, debido a las situaciones sociales a las que estaban obligados a sortear, fue que los poetas del país desarrollaron un estilo que retomó los temas que revolucionó el francés al poetizar.

Para Albeiro Montoya Guiral, esta influencia también está implícita en las obras de los poetas colombianos Carlos Héctor Trejos, Eduardo Castillo, Barba Jacob, Orlando Sierra Hernández y Rubén Darío.

Rimbaud: nuevo estilo de la poesía contemporánea

Rimbaud representa la lucha contra la academia, las normas y los estándares, contextos similares marcados por una exclusión social que está presente en obras de algunos poetas colombianos.

Por su parte, el director pedagógico del 26 Festival Internacional de Poesía, Jairo Guzmán, indicó que Medellín destaca y rememora su imagen como una representación de “un nuevo estilo de la poesía contemporánea”.

Esta conmemoración es, al mismo tiempo, “un homenaje a la juventud”, porque “siendo tan joven, Rimbaud dejó una obra inmensa, que sería retomada por otros nuevos escritores contemporáneos”, precisó.

Distinción en Medellín

En esta versión del Festival se publicó el libro “Estación Rimbaud,” en conmemoración a la obra literaria del poeta, se “trata de una antología de los poetas universales que le han escrito al artista”, definió Albeiro Montoya Guiral.

Mientras que para Guzmán no se trata de una comparación del artista con ninguno de nuestros poetas, sino de una interpretación de algunos aspectos del contexto de la vida de Rimbaud que se han visto reflejados en nuestros autores colombianos.

“Ah, que venga el tiempo/ en el que los corazones se enamoren”, expresó Arthur Rimbaud, el poeta que rompía todas las reglas, por eso, para muchos fue “el poeta maldito”.

Referencias

Ángel Madrid, Daniela. (25 de junio de 2016). Rimbaud y la poesía colombiana. Periódico El Mundo. Obtenido de https://www.elmundo.com/portal/pagina.general.impresion.php?idx=277158

Roca, J. M. (2016). Estación Rimbaud: Al espíritu de rebelión. (J. M. Roca, & F. Rendón, Edits.) Medellín: Prometeo. Obtenido de https://issuu.com/festival-internacionalde-poesiade-m/docs/estaci__n_rimbaud/23

Arthur Rimbaud y su espíritu rebelde parisino

 Por: Daniela Ángel Madrid


En la celebración número 26 del Festival Internacional de Poesía en Medellín (Colombia), los ciudadanos disfrutaron de la exposición en homenaje al poeta francés Arthur Rimbaud, que se fue exhibida en la sede de la Alianza Francesa en el parque de San Antonio.

Según la gestora cultural de la Alianza Francesa, Margaux Cannamela, la exposición estuvo compuesta principalmente por fotografías, que fueron trasladadas del Museo Rimbaud de la ciudad de Charleville-Mézières, en Francia, ciudad donde nació el poeta.

La exhibición fue una recopilación de fotografías de diversos autores. “Hay autorretratos de Rimbaud de cuando estuvo en Etiopía, en África, con su esposa. También se incluyeron obras de la hermana de Rimbaud y de otros artistas tanto conocidos en el campo de la poesía, como algunos anónimos, quienes estuvieron en la casa de la infancia del poeta”, señaló Cannamela.

Los asistentes pudieron apreciar en la exhibición de Rimbaud una cronología histórica de la vida del poeta, desde los momentos retratados en su infancia hasta los últimos días de su juventud antes de fallecer, a los 37 años de edad. “Rimbaud escribió su obra entre los 16 y los 21 años, porque murió muy joven”, acotó la gestora.

Su legado

La herencia cultural de Rimbaud está constituida de poemas y de un único libro denominado “Una temporada en el infierno” ó “Une Saison en Enfer”, publicado en 1873, reconocido como una de las obras pioneras del simbolismo moderno.

Este poeta se caracterizó por expresar un arte rebelde, producto de sus complejas experiencias existenciales reflejadas en las situaciones que enfrentaba a causa de su bisexualidad y de los polémicos carteles que portaba cuando salía a caminar en las calles parisinas, en uno de ellos se alcanzaba a leer: “Muera Dios”.

Exposición en movimiento

Entre otros elementos que acompañaron la exposición fotográfica se destaca la presentación del poeta francés Renaud Baillet, quien ya ha realizado algunas lecturas de los poemas de Arthur Rimbaud en francés y en español.

Igualmente, los asistentes disfrutaron de una producción audiovisual realizada por el director Samuel Bourille de la Compañía Hope, que contiene las imágenes de los cómics del artista Xavier Coste sobre Rimbaud.

Y finalmente, también la presentación de algunas canciones del álbum musical Léo Ferré chante Rimbaud et Verlaine, de Léo Ferré, las cuales están compuestas a partir de los poemas de Rimbaud, según estuvo consignado en la ficha técnica de la exhibición.

Referencias

Ángel Madrid, Daniela. (21 de junio de 2016). Arthur Rimbaud y su espíritu rebelde parisino. Periódico El Mundo.

Rimbaud, A. (2018). Une Saison en Enfer. Argentina: Gradifco.

“La Muerte de Iván Ilich”: Análisis narratológico

 Por: Daniela Ángel Madrid


El siguiente análisis presenta una distinción de los principales elementos básicos de la composición literaria escrita por León Tolstoi.

Género literario:
Narrativo

Subgénero:
Novela corta

Movimiento:
Realismo

Año de publicación: 1886

Tema

El tema principal de la novela es el conflicto entre Iván Ilich y el sentido trascendente de la vida por el reconocimiento de las costumbres sociales.

Estructura

– Estructura externa: La a obra está divida en 12 capítulos.

– Estructura interna: Es una estructura inversa, es decir, el narrador adelanta el desenlace de la novela en las primeras páginas de la misma, y posteriormente se dedica a contar cómo los acontecimientos evolucionan hasta llegar a ese final.

Espacio

En la historia, el narrador describe tres lugares: San Petersburgo y dos provincias no identificadas (anónimas).

Tiempo

– De la narración: Este tiempo de la novela no se presenta de manera lineal u ordenada, sino que es alterado libremente por el narrador usando una técnica de narración denominada analepsis.

El narrador hace una retrospectiva o mirada hacia atrás en el tiempo de la historia: en el primer capítulo comienza en un tiempo presente de la historia, luego en el segundo capítulo informar sobre hechos pasados acerca e Iván Ilich. Toda la narración es relatada en pasado.

– De la historia: La historia trascurre aproximadamente entre los años 1860 y 1882, esta última fecha en que falleció el personaje principal Iván Illich.

Narrador

En la novela corta, es de tipo extradiegético, narra en tercera persona. Además, es omnisciente, puesto que muestra conocimiento de los sucesos exteriores como de los sentimientos y pensamientos más íntimos.

De este modo, el narrador logra una focalización del personaje principal sobre los demás. Aquellos que están rodeando a Iván Ilich, los convierte en una excusa para dar a conocer mejor el trato que este recibía de ellos y, sobre todo, dar de cuenta las reacciones y sentimientos que se generaban en él como irritabilidad, desconsuelo, desesperanza, desolación, cuestiones de existencialismo y sentido de la vida misma, la muerte y lo correcto o incorrecto de su hacer en lo vivido.

Análisis

Iván Ilich es un burócrata que fue educado con convicciones de ambición por desempeñarse como funcionario de alto mando en el Imperio Ruso. Sin embargo, su vida da un giro tras sufrir un golpe mientras estaba en lo alto de las escaleras para arreglar unas cortinas. Dicho golpe fue simbólico al darse cuenta que mientras su salud decae, lo hace por igual su reputación y estatus social, descubriendo que su esfuerzo por lo que construyó durante toda su vida ha sido en vano.

Así, reflexiona críticamente en torno a la sociedad rusa aristocrática, el estilo de vida de confort y superficialidad por mantener una posición dentro de la jerarquía, sin lograr la trascendencia espiritual.

Durante los últimos días de su vida estuvo atormentado por pensamientos de insatisfacción mientras le acechaba la muerte: “le atormentaba asomarse a aquel agujero negro y, todavía más el hecho de que no pudiera entrar en él”.

Se oponía a la aceptación de que su vida había sido buena o correcta y era, precisamente, esa “justificación de su vida” la que le “aferraba sin dejarle ir adelante”, hacia una muerte tranquila.

En conclusión, esta novela corta según Vladimir Nabokov es considerada como “la obra más artística, la más perfecta y la más refinada de Tolstói”.

Bibliografía

Tolstoi, L. (2003). La muerte de Iván Ilich. Bogotá: Grupo Editorial Norma.

Mito vs Realismo en “El Nuevo Periodismo”

 Por: Daniela Ángel Madrid 


En el apartado “Mito versus Realismo en la novela” de su libro “El Nuevo Periodismo”, el escritor norteamericano Tom Wolfe resalta las características, similitudes y diferencias entre la novela clásica y la realista.

Comienza por identificar el concepto de novela que se ha implementado desde su origen como creación literaria y durante épocas de épica, como lo fue en los siglos XVIII y XIX en Inglaterra, en las que la novela poseía una función moralista, mítica y mágica. Se describía en ella la ficción auténtica como visión y a los escritores como visionarios.

En este sentido, la fábula jugó un papel fundamental como misionera espiritual en el comportamiento de la sociedad estableciendo, a su vez, un legado para generaciones futuras. Sin embargo, en el siglo XIX apareció en contraste una nueva perspectiva para abarcar el mundo y el ser humano desde los relatos: historias realistas sociales.

Obras como “Robinson Crusoe” de Daniel Defoe y “Pamela” de Samuel Richardson, evidenciaron plenamente la metamorfosis literaria del teocentrismo al antropocentrismo que influenció a la novela realista. Los acontecimientos verosímiles de la literatura de ficción le daban paso a una nueva forma de contar que retrataba la realidad, un personaje y su contexto de un modo veraz: El Nuevo Periodismo, un género emergente de la mezcla entre la literatura, el Realismo y los hechos sociales.

Para tal fin, los novelistas se vieron obligados a documentarse sobre los referentes de su narración y realizar inmersión en el contexto que en la misma se señalaba: esto era parte del proceso de escribir novelas realistas. Algunos promotores de este fueron Charles Dickens y Honoré de Balzac.

A pesar de dar un paso hacia la trasformación de la novela tradicional y la creación de un nuevo género literario, en 1860 se devolvió hacia la novela clásica debido a que el Realismo por tener cuadros o escenas cotidianas sin apreciaciones divinas carecía de “sentido” puesto que la novela realista social se limitaba a “plasmar” realidades y no a narrar historias con fines de aprendizajes encaminados al desarrollo ético-moral de las personas. Fue a partir de estas críticas que el realismo en las novelas durante 1920 pareciera inepto e inútil para la época.

A causa de los limites en los que se encuentra la novela realista y la tradición clásica se intenta crear un nuevo género y es allí donde sale la Neo Fábula que retoma las características de la novela clásica, pero sin aquellas fundamentales para la realista, lo cual produce que se narre una historia llena de épica, magia y moralejas, pero en espacios y tiempos no muy determinados (porque eso es lo que hace el escritor realista: ofrece datos, diálogos reales, describe condiciones sociales, puntos de vista, etc).

Por lo tanto, la narración queda al fin atemporal y situada en un lugar que no se sabe con exactitud cuál es ni en dónde es: ese es el fin de este nuevo género de ficción. Algunos novelistas escribieron con técnicas de este género, otros siguieron con las técnicas tradicionales, pero fueron los periodistas quienes se adueñaron de la novela realista para desarrollarlo.

Finalmente, el autor concluye que la fábula, aunque compitiese con el Realismo, no tuvo mucho por hacer debido a que esta solo fue esencial en las sociedades que no registraban una historia en papel, sino que se narra oralmente. El Realismo, por el contrario, se convirtió en una técnica refinada que se efectuó netamente como una literatura impresa en desarrollo. Cada técnica literaria tiene una función dependiendo la intención con la cual emerge en cada contexto histórico.

Bibliografía

Wolfe, T. (2012). El Nuevo Periodismo. (J. L. Guarner, Trad.) Barcelona: Editorial Anagrama.

Un Americano en París

 Por: Daniela Ángel Madrid


Ficha Técnica

Título original: An American in Paris

Año: 1951

Duración: 115 min.

País: Estados Unidos Estados Unidos

Dirección: Vincente Minnelli

Guión: Alan Jay Lerner

Música: George Gershwin

Fotografía: Alfred Gilks

Reparto:

Gene Kelly, Leslie Caron, Oscar Levant, Georges Guétary, Nina Foch, Ernie Flatt, Alex Romero, Dickie Humphreys, Charles Mauu

Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Productor: Arthur Freed

Género: Musical. Romance. Pintura. Nochevieja.

Crítica

Jerry Mulligan (Gene Kelly) es un exsoldado norteamericano que tras terminar la Segunda Guerra Mundial decide dedicarse al oficio que su alma siempre le aquejó: la pintura. Así, se muda a París, la “ciudad de los artistas”, buscando la inspiración y el éxito que estimaba derrochaban en las calles de Francia.

“En Estados Unidos decían que mi arte no servía para nada… Aquí dicen lo mismo de mí, pero al menos lo dicen en francés”, afirmaba Jerry.

Este iniciático pintor fue acogido “poéticamente” por sus amigos. Uno de ellos era el desempleado pianista Adam Cook (Oscar Levant) quien llegó a París becado y se autodenominaba como un genio “de espíritu joven”.

Otro era Henri Baurel (Georges Guetary), un cantante francés que ganó su fama con shows de cabarets.

Mientras ofrecía sus pinturas en las callejones y plazas, Jerry fue descubierto por una influyente dama adinerada quien estaba interesada en una relación amorosa con él, más que por su talento y arte. Sin embargo, este se enamora de Lise Bouvier (Leslie Caron), una joven francesa que ya estaba comprometida con su amigo Henri.

Así, entre amores, desilusiones y ambiciones se presentan las inquietudes de los personajes que, a su vez, reflexionan mientras cantan y bailan en las calles, bares y hoteles parisinos.

Este filme, dirigido por Vincente Minnelli y cuya música fue escrita por George Gershwin, fascina por la delicada articulación entre el alma del artista y su incertidumbre para desarrollar una carrera, la magia del musical y la inspiración coreográfica.

Por lo anterior, Gershwin definió este filme como un “ballet rapsódico”, el cual impulsaría un nuevo estilo en el cine Hollywoodense reseñado por los críticos como la “cumbre del cine musical” y que se consolidaría en 1952 con la película también protagonizada por Gene Kelly: “Cantando bajo la Lluvia”.

Referencias

Aguado, J. (30 de enero de 2020). «Un americano en París»: Cumbre del cine musical. Obtenido de Platea Magazín: https://www.plateamagazine.com/articulos/8244-un-americano-en-paris-cumbre-del-cine-musical

Filmaffinity. (2021). Ficha Técnica «An American en Paris». Obtenido de Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film910706.html

lunes, 13 de febrero de 2023

El Club de los Poetas Muertos

Por: Daniela Ángel Madrid


Ficha Técnica

Título original: Dead Poets Society

Año: 1989

Duración: 124 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Peter Weir

Guión: Tom Schulman

Música: Maurice Jarre

Fotografía: John Seale

Reparto:

Robin Williams, Robert Sean Leonard, Ethan Hawke, Josh Charles, Dylan Kussman, Gale Hansen, James Waterston, Allelon Ruggiero, Norman Lloyd, Kurtwood Smith, Melora Walters, Welker White, John Cunningham, Debra Mooney, Lara Flynn Boyle.

Productora: Touchstone Pictures, Silver Screen Partners IV

Género: Drama | Enseñanza. Colegios & Universidad. Literatura. Años 50. Película de culto

Crítica

En medio de los códigos sociales normativos establecidos por un autoritarismo pedagógico en 1959 en la Academia Welton, el profesor de Literatura Inglesa John Keating se convierte en una luz para el desarrollo de la creatividad en aula.

Con la referida alocución latina “Carpe díem”, concebida por el poeta romano Horacio y que traduce “Aprovecha el día”, el profesor Keating se dispuso a conmover a sus estudiantes, motivándolos a aprovechar el tiempo mediante el encuentro de su espíritu con las artes, la poesía y la literatura.

“No olviden que a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (…). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos”, decía el profesor a sus pupilos extasiados por conocer más acerca de esta visión.

Así, el profesor profundizó cómo mediante el denominado “Club de los Poetas Muertos” solo unos pocos estudiantes de espíritu libre y “salvaje” se reunían regularmente para dar rienda a las inquietudes y pasiones de sus almas.

Al inicio de cada encuentro, “los poetas muertos” recitaban con profunda convicción un fragmento de un ensayo (publicado originalmente en 1854) del escritor, poeta y filósofo estadounidense Henry David Thoreau (Concord, 1817-1862), quien plasmó poéticamente la importancia de encontrar la esencia de la vida:

“Fui a los bosques porque quería vivir solo, deliberadamente, para afrontar los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que tenía que enseñar y no descubrir, a la hora de la muerte, que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida, ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y extraer toda la médula a la vida, vivir de una forma tan intensa y espartana que pudiese prescindir de todo lo que no era vida…” (Thoreau, 1996).

En este sentido, el profesor buscó generar siempre inquietud, curiosidad, y capacidad de asombro en sus estudiantes por los detalles más sutiles del espíritu: la belleza de un lenguaje universal, la pasión por las experiencias internas y intensidad del desarrollo de la vocación.

Finalmente, se podría aludir a Jack London otro de los grandes escritores norteamericanos que también tras buscar un refugio poético reflejado en algunas de sus novelas como “La Llamada de lo Salvaje”, nos dilucida el abismo entre el hombre arrasado por la industria y la ambición y el hombre que conecta con su sabiduría ancestral, entorno y espíritu poético: “la función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo”.

Referencias

Filmaffinity. (2021). Ficha técnica «Dead Poets Society». Obtenido de Filmaffinity: https://www.filmaffinity.com/es/film315826.html

Thoreau, H. D. (1996). Walden o La Vida en los Bosques (Segunda ed.). (I. Quirarte, Trad.) México: Universidad Nacional Autónoma de México.